Los masajes son estímulos dosificados que ayudan a relajar y
cumplen una serie de beneficios para la salud al aplicarse con aromas naturales
o directamente con hierbas. Entre las principales técnicas de aplicación están:
Fricciones: se desliza la mano sin despegarlo de la piel,
debe hacerse despacio y de forma rítmica. Ayuda a elevar la temperatura corporal,
ayuda el desprendimiento de células muertas y mejora la elasticidad y tersura
de la piel.
Frotaciones: ideal para articulaciones, tendones y después de
heridas y traumas.
Permite eliminar edemas e intensificar la circulación.
Amasamiento: se ejerce presión con los dedos, principalmente
en los pulgares, alternando la presión. Además de los efectos de las otras dos técnicas,
disminuye inflamaciones y dolor.
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